El Cine: ¿Ficción Real o Real Ficción?

by - mayo 24, 2020

Por Bryan Almeida



Para explorar estas contradicciones y llegar a una respuesta partiré de un fragmento de La ontología del cine del teórico André Bazin: “El conflicto del realismo en el arte procede de este malentendido, de la confusión entre lo estético y lo psicológico, entre el verdadero realismo. Que entraña la necesidad de expresar a la vez la significación concreta y esencial del mundo, y el pseudorrealismo, que satisface con la ilusión de las formas.”      Una de las corrientes cinematográficas más importantes en la historia del cine, justamente por su capacidad espiritual y formal de interpretar su tiempo fue el Neorrealismo Italiano. 

Su película inaugural Roma Città Aperta (1945) de Roberto Rosellini quien  tuvo el desacuerdo y la lucidez, por un lado de despreciar el cine con finales felices que se hacía en Italia luego de la Segunda Guerra Mundial con una sociedad devastada y por otro lado, tener recursos mínimos, puso a su ingenio en la construcción de un guion realista, de la mano de otro grande: Federico Fellini. Además usaron al máximo la luz natural, varias calles, casas, edificios se notan golpeados por los armamentos. La mayoría del elenco son  personas del pueblo donde se filma la película,  actores no profesionales y personas que habían sido afectadas por la guerra.  Hubo excepciones como Don Pietro, sacerdote que ayuda insobornablemente a la Resistencia, o Pina,  rauda mujer también del grupo antifascista, que por el contrario sí fueron interpretados por actores profesionales debido a su peso psicológico. Bazin insiste sobre la naturaleza objetiva de la cámara que se une realmente, nos dice, a la existencia del modelo como una  huella digital. En este caso la huella digital es  el tiempo-espacio en movimiento.

 Ahora bien, si nos cuestionamos qué era lo que hizo a los Neorrealistas irrumpir en las endulzadas, ciegas ficciones de la realidad, fue justamente la creación de películas indiferentes del otro, filmando ficciones disfrazadas de realidad. Finalmente, el gran mérito de esta vanguardia cinematográfica fue clara como la personalidad de Pina: se adaptó a las situaciones que le tocó vivir, no reniega ni lamenta su mundo, lo afronta con determinación. Su forma de ver el mundo podría decirse que  es la ideología  neorrealista. Por lo tanto puedo concluir, partiendo de un fragmento  de la cita inicial de Bazin que el cine  al adaptarse al pseudorrealismo que satisface con la ilusión de las formas se convierte en  el arte de momificar el tiempo en movimiento; puede ser una momia que en el futuro con carbono 14 permita tejer un contexto social-afectivo o puede ser una  momia de barro

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